¡Muy buenas a tod@s!

Todos nosotros estamos hechos de recuerdos. Todo lo que hemos vivido a lo largo de nuestra vida se guarda en nuestra memoria. Vivencias, experiencias, amores, sueños, días, momentos… Cada uno guarda en ese rincón de su interior los recuerdos más importantes, los más intensos, los que lo han ido moldeando a lo largo de su vida y, justo en este instante, hacen que la suma de todos ellos nos haga ser como somos.

Si nos paramos a pensar, podemos visualizar nuestra vida como si de una película se tratase. Un conjunto de imágenes que nos han marcado de un modo u otro en algún momento. Estos son normalmente los recuerdos más importantes de nuestra existencia. Sin embargo no siempre les damos la importancia que tienen ni sabemos cómo conservarlos para que sigan intactos y no se desvanezcan con el paso del tiempo.

Los fotógrafos somos personas que nos dedicamos a congelar momentos, emociones y sentimientos de tu vida para perpetuarlos en el tiempo. Tan fácil como “atrapar” un recuerdo con una cámara y convertirlo en una imagen a la acceder siempre que se quiera. Nos encargamos de complementar y alimentar tu memoria con fotografías de tus días más importantes.

Pero, ¿qué valor le pondrías tú al recuerdo de los días más importantes de tu vida?

Esos días, que son importantes para ti (una boda, un noviazgo, el nacimiento de tu hijo, la familia, una comunión, un bautizo, un evento, tu juventud, tu madurez, etc.), permanecerán siempre en tu memoria. Pero la memoria, lamentablemente, tiene fecha de caducidad y se desgasta con el paso del tiempo, por lo que necesita de ayuda de otras herramientas para recordar con claridad. Una de esas herramientas es la fotografía.

Cuando pasen los años y volváis a ver esas fotografías (de vuestra Boda, de cuando erais novios, de vuestros hijos, de vuestra familia, del embarazo, de vuestro viaje, del bautizo, de la comunión, etc.) serán ellas las que os harán volver a sentir lo que sentisteis aquél día. Esas fotografías serán una inyección de recuerdos y emociones que os harán revivir lo vivido entonces. Sin los recuerdos no somos nada, y sin fotografías es muy difícil volverlos a vivir con la misma intensidad.

Y ahora, ¿quién quieres que se encargue de plasmar esos recuerdos en forma de fotografía? Confiar el recuerdo de vuestro gran día a cualquier persona que no sea un profesional es muy arriesgado y puede salir realmente caro. Hoy en día todos tenemos un amigo, un primo o un conocido que tiene una cámara y “sabe” hacer fotos. Puede… pero son los profesionales los que tiene una dilatada experiencia y un bagaje muy grande en saber qué momentos no hay que perderse y cómo hay que captarlos. También son los que disponen de la formación suficiente y de las herramientas adecuadas para conseguir unas fotografías que sean unos fieles y emotivos recuerdos.

“Es que se ha estropeado la tarjeta” “No había suficiente luz” “No tengo un objetivo luminoso” “Se ha roto la cámara” “Me he despistado y me lo he perdido” “Es que no me gustan” “No es lo que esperaba”… Son muchas las excusas que después os podéis encontrar si confiáis ese momento en alguien no profesional.

Ahora imagínate que te has quedado sin fotos de ese día tan especial para ti, o que las fotos no son ni de lejos lo que esperabas, o que son de una calidad pésima y no transmiten lo vivido.

¿Realmente te ha valido la pena “ahorrar” en tus recuerdos?

Igual te vale la pena en “ahorrar” en otras cosas de ese gran día (fuentes de chocolate de cientos de euros, sweet corner, etc.), que no tener presupuesto para confiar en un buen profesional.

Ya sea un embarazo, una boda, el nacimiento de un hijo, o cualquier tipo de sesión de un día que sea importante para ti, soy consciente que has depositado en mí la confianza necesaria para que plasme ese momento como esperas recordarlo en el futuro. Sé que esas fotografías son importantes para ti, y también lo son para mí. De mí depende que cuando volváis a mirar esas fotos os volváis a emocionar tanto como aquél día. Y lo voy a dar todo para que así sea.